Es una de las inmersiones más famosas del Mediterráneo, reservada a los buceadores con titulo deep.
Es fácil intuir de dónde llega el nombre de la cueva: una muchedumbre de quisquillas, Plesionika Narval, comúnmente llamado Parapandalo, que cubren las paredes de la cueva cuya entrada está alrededor de una profundidad de 40 m.
La bóveda de la cueva es muy amplia, es necesario usar un foco para poder disfrutar al máximo las maravillas de este sitio de inmersión. Iluminando las paredes parece que éstas se desplazan pero es sólo un efecto causado por las quisquillas que se mueven!
Adentrándose en la cueva es posible encontrar langostas, cigarras, quisquillas de antenas largas y cangrejos felpudos, lochas de roca concentradas para comer camarones, congrios, cauries, nudibranquios y esponjas.
Llegados a la mitad de la cueva aconsejamos mirar hacia atrás en dirección a la entrada: unos ojos azules de Pinne nobilis y los plumeros de mar a contraluz nos harán un guiño!
Encontraremos la salida, alrededor de los 25m, empezaremos nuestra ascensión en compañía de los indefectibles meros y sargos, y haremos nuestra parada compitiendo por ver quién encuentra la aguja mula en la Posidonia.